Hoy vuelvo a mi blog para comenzar un nuevo ciclo. El 2019 hice una pausa porque la vida me tenía preparado varios desafios: El lanzamiendo de mi primer libro, volver a mi país después de estar cuatro años fuera y el nacimiento de Alex y Elena, dos pequeños cometas que iluminan mis días y me despiertan por las noches.

Y es que todo llegó tan de prisa que recién ahora tomo consciencia de mis nuevos roles: Madre, escritora y autora. Porque soy una nueva mujer. Una mujer más sensible, fuerte y empoderada. Más frágil y más sabia también. Una mujer conectada con su esencia, que aprende de su vulnerabilidad y que tiene muchísimas ganas de seguir compartiendo su mensaje a través de la escritura.

En sincronía con este camino, mi amiga Eliana Vásquez, creadora del blog Espacios de Soledad me invita a participar en el grupo «De escritoras a autoras», un proyecto de escritura creativa en donde doce mujeres nos reunimos mes a mes para impulsarnos en la creación, edición y lanzamiendo de nuestros libros. ¡Y era justo lo que requería!

Desde ese día me siento asistida, orientada y muy acompañada en la cocreación de mi segundo libro. También he aprendido muchísimo sobre el mundo literario, especialmente en nuestro último encuentro «La vida de la autora si importa» en donde conocimos los distintos tipos de autoras que podemos llegar a ser.

Este post colaborativo contiene las reflexiones que emergieron de ese encuentro, especialmente sobre los tipos de escritoras que queremos ser y cómo nos posicionamos ante el rol de autora que, si bien poco se conoce, es una pieza clave a la hora de presentar, promover y difundir nuestro libro.

La escritura llegó a mi vida para quedarse y como lo he mencionado en otras ocasiones “ella me encontró a mí”. Soy una escritora que escribe para hablar consigo misma, para contar mi historia y compartirla con aquellas que desean leerla y crecer a través de mis palabras. Y como la escritura se convirtió en mi aliada, en mi confidente, siento que llegó el momento de crecer con ella y convertirme en esa autora que está dentro de mí, deseosa de brillar y compartir su luz.

Cuando cierro mis ojos y me visualizo junto a muchas mujeres conversando sobre temas que nos hacen crecer, que nos apasionan. Me veo compartiendo con las lectoras de mi libro sus propias historias y sintiéndonos acompañadas. Me siento cómoda entre la gente, yendo a diferentes lugares para que más mujeres conozcan mi libro para inspirarlas y que se permitan ser ellas mismas.

Decir en voz alta que soy una escritora siento que me queda grande, el término poemario para mi libro lo encuentro despectivo y la diferencia entre autor y escritor tiene más valor para unas personas que para otras.

Hay quien dice que hay muy buenos escritores y que cualquiera puede ser autor, esto me confunde y me hace sentir en que la solución es dejar que los lectores me califiquen que sean las historias que salen de mí que me posicionan donde me merezco.  A veces las mejores historias pueden ser contadas sin palabras, un gesto o una imagen pueden hacerte emocionar. 

Escribo poesía desde los 12 años se me hace muy fácil hacer acrósticos, credos y expresar dulzura, durante mi vida la mayor parte de mi creatividad la he expresado a través del trabajo manual, las manos significan para mí una extensión de lo que hay que contar, las telas que uso, los viajes que hago, los amores que tuve, todas esas memorias están vivas dando vueltas en mi cabeza esperando salir a veces de un solo golpe y sin orden y a veces súper acertadas.

Me gustaría ser una autora con varios libros de diferentes estilos, infantil para concientizar a los más pequeños, escribir algún thriller para entretener y otros donde muestre mi esencia y me sienta comprendida y a la vez logre crear un lazo de identidad de lo que una mujer puede llegar a ser.

Como escritora novata con aspiraciones de ser autora aun no me puedo identificar con ningún tipo de autora o por lo menos no en estos momentos.  De pronto no me siento aún con el derecho de tomar un rol porque recién estoy comenzando. Sin embargo, si tuviera que escoger uno de los 5 tipos de autoras, sería la indiferente. No porque no me importe lo que estoy haciendo o voy a hacer, sino porque es una manera de protegerme para no ponerme ansiosa, frustrarme y finalmente terminar desilusionándome por no haber logrado el cometido.

Ahora bien, para mí el tipo de autora ideal sería la convencida ya que este tipo de escritora/autora lo tiene resuelto; sabe lo que quiere y va con todo para lograrlo.  Yo creería que este tipo de escritora/autora encapsula un poco de cada una de las demás. La convencida tiene la actitud adecuada para cumplir con su rol, ya sea manteniéndose en contacto con sus lectores, haciendo acto de presencia en las redes, promocionando su libro, o aceptando invitaciones presenciales, pero sobre todo disfrutando cada momento.  Para ella no es un trabajo sino un sueño cumplido, una meta lograda.

He comprendido que soy una escritora que busca la inspiración. Lo que me inspira es tener algo que comunicar. Algo así como que soy portadora de un mensaje estando en mi mente y corazón, es más bien mi mano la que lo traduce, la que le da forma, cuerpo, sentido. 

Me gusta mucho sentirme en un espacio de mi ser en tanto mi pluma inspirada se estiliza sobre el papel y escribiendo sus letras me encanta conectar con la Fuente de Sabiduría, de Vida. Y sabiendo que hay una idea central con la que tengo que lidiar hasta desmenuzar, disfruto mucho el deslizar de mi esfero y estar sobre el papel escribiendo respecto al tema o idea que me atañe en ese momento, ver con mis ojos interiores esa idea esa expresión de sabiduría que estoy dilucidando en ese momento a puro trazo, apura letra. Una escritora inspirada pienso que me gusta ser.

En cuanto a la autora hay una parte de mí que es bastante sociable y creo que va bien para mí el ser entrevistada en pequeños grupos, no amplios,  aunque no lo descarto pero, en mi primera instancia de autora quiero ser una autora sociable que está compartiendo su libro, sus capítulos, deslizándome por ese mundo de ideas que tanto esmero me llevó a materializar, transmitir ese mundo de ideas con pequeños grupos, en la radio, en podcast que hablen sobre el crecimiento personal no tanto de resiliencia pero si esta fuerza interior que nos hace levantar, que nos busca, que nos fortalece y que nos llena de vida en todo tiempo y circunstancia. 

El tipo de autora que me gustaría ser es una que escribiendo sus libros los comparte en entrevistas con el público, en grupos pequeños de bibliotecas, aulas de clase o de grupos de trabajo de apoyo. Una que es invitada a programas donde lo ve todo el mundo como televisora en medio de una sala cálida y confortable y allí desatar el conversatorio donde las palabras vienen, las palabras van y yo explicando eso que doy al mundo por regalo en mi libro. Y me encantaría que fuera en algunas ciudades de este vasto mundo. Me gustaría ser una autora sociable moderadamente, no tanto farandulera, porque mi cuerpo no resiste tanta adrenalina.

Casi al finalizar nuestra última reunión del grupo De Escritoras a Autoras, Eliana me hizo reír cuando me comentó si yo era esa autora indiferente. Pero también me hizo reflexionar sobre el objetivo real de llegar a ser una autora. ¿Será que realmente me da lo mismo hacerlo o no? ¿Estoy dispuesta a realizar el trabajo necesario para dar a conocer el libro que estoy escribiendo? ¿Quiero conocer a quiénes me van a leer? Son preguntas que me cuestionan la intención de trabajar en un libro. Pero a la vez, me convenzo que quiero escribir y trabajar en la promoción de este proyecto porque sé que me traerá grandes satisfacciones y, como regalo adicional, impactará en la vida de otros para hacerla más productiva.

Así que no soy indiferente, más bien siento que estoy entre esa autora que quiere compartir con sus lectores todo lo que están dispuestos a compartir, siempre en el marco del respeto, y la que está convencida que su trabajo es tan valioso e importante, que ama estar en cada uno de los aspectos relacionados con el proyecto iniciado. Entiendo que no es una tarea simple, más bien es un riesgo a tomar y expandir, nuevamente, esa zona de confort en la que me encuentro en este momento. Es investigar, leer, redactar, buscar espacios de encuentros con otros para compartir el proyecto, conectar con personas ligadas al área editorial, aceptar críticas al documento original, pero, sobre todo, entender que debo comprometerme al máximo con mi proyecto y, después, al igual que mis hijos, permitirle volar solo.

Pero además descubrí algo esta semana, dado que estuve pasando por un tema de salud, también quiero que mis lectores entiendan que soy una persona, y por eso es que no puedo dejar de lado la conexión con ellos. Que se entienda que también paso por situaciones difíciles, que tengo emociones, que rio, lloro, sufro, pero, sobre todo, que he aprendido a conocerme, a conectarme conmigo misma y con esa fuerza exterior que nos da la energía para seguir y conseguir objetivos, y este libro es el resultado de todo ese proceso.

Soy esa escritora que no tiene planeada su novela completa a la hora de empezar a escribir, soy la que va creando a medida que tomo un lápiz y mi cuaderno. Muchas veces me gusta ir creando en el momento, y escribiendo todas esas ideas y locuras que van apareciendo en mi mente durante mi día a día. Me considero que soy un poco tímida, algo mágica, y muchas otras olvidadiza, pero cuando escribo tomo cada una de ellas y las llevo al exterior sin miedo.

La autora que quisiera ser es la sociable, estar siempre en contacto con mis lectores, nutriéndome de cada una de sus historias, experiencias, heridas y cómo mi libro las guió y las ayudo con esa maravillosa transformación y cómo fueron logrando conectar con su Ser esencial.

Siempre he sabido que soy buena escritora. Creo que es un talento nato que además se ha nutrido de tanto leer, porque desde que aprendí he amado la lectura. Con frecuencia escucho a otros decir lo maravillosa escritora que soy y en el fondo yo sé que es cierto.

Pero, soy una escritora que hasta hace poco no creía que de verdad sus escritos valían la pena. Porque escribir bien es una cosa y tocar el alma a través de las letras es otra historia. Es solo a raíz de mi trabajo como copywriting que me obliga a escribir a diario que mi confianza se ha afianzado.  Pero aún me falta disciplina, soy perezosa y me distraigo fácil. Y lo menciono porque tengo plena conciencia de los obstáculos que debo superar para convertirme en la autora que deseo ser.

Quiero ser una autora reconocida y admirada, que mueve emociones con sus escritos. Quiero que quien lea mis historias llore, ría, se asquee, sienta ira, tristeza, desesperanza, melancolía, placer, enamoramiento, decepción. Quiero plasmar letra a letra todo el espectro de las emociones humanas. 

Soy una escritora que escribe para no dejarle al alma tanto peso, para despojarme de mis viejas heridas y para comprender lo que aún no le comprendo a la vida, sin embargo, como escritora me he quedado mucho tiempo en el letargo de la no publicación, he ayudado a decenas de mujeres a encontrar su vocación de escritoras y algunas hasta publicaron su libro en el proceso, mientras yo he seguido postergando, tal vez por desmerecimiento o quizá por falta de coraje.

Pero ahora estoy montada en el tren de la creatividad y no pretendo bajarme de aquí hasta que tenga varios libros publicados, y siento que aunque todavía no soy autora, ya me siento como tal.

Yo seré una autora involucrada con su lectora, que hará encuentros de lecturas, conferencias en torno a la temática de sus libros y hasta entrevistas en donde hable del viaje que surge desde la escritura hasta la autoría, no estoy allí pero siento que ya estoy llegando y mi proceso se acelera cada vez más. Sin Duda disfrutaré mi rol de autora y creo que lo repetiré siempre que publique un nuevo libro, pero siempre sabiendo que la escritora me espera al otro lado cada vez que las luces se hayan apagado.

Qué tipo de autora me gustaría Ser? Nada fácil de contestar, sin embargo, hay que darle rienda suelta a la imaginación y soñar en grande, porque todo lo que ha sido creado, alguna vez fue pensado. Así que me voy a imaginar o visualizar como Autora Sociable. 

Aunque de sociable no tengo nada, quiero explorar esa área de mi vida, salir del closet como escritora que le encanta la soledad, el silencio y el anonimato. Me gustaría estar en constante retroalimentación consciente con mi comunidad de lectores, crear espacios para el aprendizaje y crecimiento mutuo en el tema del despertar a nuestra escencia verdadera y la evolución de nuestra alma, llegar al corazón de cada integrante de la comunidad, nutrir, inspirar, incentivar la creatividad, transmitir paz y serenidad, amar a mi comunidad y recibir amor en correspondencia. 

Y terminé escribiendo como si ya fuera la Autora Sociable con la que sueño ser.

Me definiría en estos momentos como una escritora procrastinadora, aquella que va dejando la tarea de escribir de última en su lista de prioridades, aquella que busca el momento ideal para hacerlo pero que cada día se siente más abrumada y ahogada con las tareas que tiene como profesional, madre, hija, amiga y escritora, que siente que cada vez que expone este tema con su entorno simplemente la catalogan como «floja», «una mala administradora del tiempo», «una quejumbrosa», «una mediocre», que cada día se cree más y más cada uno de estos calificativos, paralizándola ante el terror de no poder realizar este sueño que desde hace mucho tiene. 

Definitivamente el miedo paraliza, te hace crear e idealizar las peores pesadillas en tu mente y, por ende, no te deja avanzar, te arropa y la pesadilla se vuelve una realidad. En estos momentos la situación se ha tornado desesperante y el miedo ha ido apagando mis ganas y mi inspiración. Pero trabajo cada día en mí  para mejorar esto y muchas otras cosas para recuperar esa sed de cumplir con mis metas y sueños, de deslastrarme de cada excusa y creencia limitante hasta convertirme en la autora envidiada, la que deje parte de su alma en el papel y disfrute el proceso de finalmente ver convertida toda esa inspiración en el libro, que se sienta cercana a sus lectores y ya esté pensando en su próxima obra. 

Ya no se trata solo de soñar en ser una autora exitosa, con varias obras publicadas, reconocida y querida por su audiencia; ahora se trata de trabajar en ello y ha sido un proceso introspectivo, muy personal, que ha removido cosas dentro de mí en las cuales estoy trabajando y mejorando para entregarme por completo y convertirlo en una realidad. Ha llegado la hora de enfrentar mis miedos.

No me había cuestionado el tipo de autora que soy, por lo que me pareció un ejercicio valioso que me llevo a la reflexión. Conocer los 5 tipo de autoras es importante para identificar que tipo de autora soy, que tipo de autora no quiero ser y cuál quiero llegar a ser, no para tener un juicio ya que es muy respetable el momento de cada autora, más bien crear consciencia de los pasos a seguir llegando a ser la autora que es para el mayor bien en este momento.

Me considero la autora envidiada ya que me importa y me gusta estar en contacto con mis lectores, con la práctica siento que se me da bien, estoy trabajando en ser la sociable. Es válido de acuerdo con el proceso de cada obra pasar por los diferentes tipos de autora, lo importante es que el resultado final sea llevar un valioso mensaje al lector, quien está ávido de tener el libro en sus manos.

Soy una escritora inquieta, versátil, dispersa y voraz que posee un claro propósito: Difundir la importancia del autoconocimiento en la evolución del ser humano. Y para ello mi experiencia es vital. A través de mis escritos deseo liberar, compartir y aportar. Ser coherente con mi misión, expresar mi creatividad y contribuir desde mi sabiduría interior. Mi rol de escritora me lleva por un sendero introspectivo, íntimo y personal que me ayuda a recordar el sentido de la propia existencia. A mis lectoras las impulsa a ser conscientes de sus procesos internos y eliminar viejas estructuras. A sanar heridas emocionales, ampliar su proceso de autoconocimiento y transformar sus vidas.

El rol de autora me permite conocer a mi lectora y sintonizar con ella de corazón a corazón. Empatizar, sentir y colaborar. Saber que ella y yo somos dos gotas de un enorme mar azul habitando el presente, creciendo juntas y aprendiendo de manera constante. Aún no puedo afirmar con cual autora me identifico más. Lo que si tengo claro es que este rol me abrirá un espacio para el encuentro. Para la comunicación, el diálogo y la conexión profunda con el otro desde el sentido de unidad.

¿Te gustó lo que acabas de leer? ¿Con cuál autora sintonizas más? Si deseas escribir tu libro y no sabes cómo hacerlo o por dónde comenzar, nuestra coach Eliana Vásquez te puede ayudar.

Nos vemos en el siguiente post.

/Leslye

Psicóloga, arteterapeuta y escritora. Especialista en promover espacios de autoconocimiento a través de la expresión artística. Actualmente realiza sesiones de arteterapia individual, cursos, talleres y creación de contenido en Creomás, ayudando a miles de personas a descubrir su mundo interior, conectar con su creatividad y transformar sus vidas.
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